Nuestro modelo pedagógico se denomina: “Desarrollo integral de capacidades y valores: Una propuesta de formación humanista desde el carisma dominicano”. El modelo asume enfoques que sustentan teóricamente los significados de educación, formación integral, currículo, aprendizaje, enseñanza, evaluación.
Los enfoques pedagógicos, en cuanto sistemas teóricos que expresan criterios, fundamentan conceptualmente las representaciones del modelo y orientan la labor pedagógica de los proyectos. Los enfoques que conforman nuestro modelo pedagógico son:

Nuestra acción educativa se entiende como el espacio para el desarrollo de capacidades y la potenciación o compensación de funciones cognitivas a partir de la acción mediada del maestro.
Educar nos exige cultivar la sociabilidad del ser humano, su interacción social, signos e instrumentos, cultura, historia y funciones mentales superiores, avanzar a nuestras zonas de desarrollo próximas y potenciales.
La educación es un proceso formativo pensado para la diversidad y la inclusión. El estudiante es entendido como un sujeto cognoscente con múltiples potencialidades y el maestro como un experto que favorece el desarrollo de los diferentes tipos de capacidades para manejar y construir conocimiento.
La educación es entendida como proceso metacognitivo para aprender a aprender. Hay un énfasis en la formación de conceptos y el interés por los saberes previos como condición para la presencia de aprendizajes significativos.
En la formación y orientación es fundamental aprender a cuidar los sistemas de relaciones intersubjetivas, sociales y con el medio ambiente. Se ama lo que se cuida, se cuida lo que amamos.
Fray Saturnino Gutiérrez Silva O.P. y Madre Gabriela de San Martín. Para ella, la educación es un acto de amor, una acción cuya finalidad es la humanización. El maestro practica un estilo pedagógico: Obrar siempre bajo la sentencia del Espíritu Santo: “Suaves en el modo y firmes en el objeto”. Desde los principios educativos, para Fray Saturnino, educar significa cultivar las potencialidades del ser humano y de su entorno; asumir a los seres humanos en concreto, con sus múltiples posibilidades de realización; asumir cada persona en su propia originalidad y orientar su camino a la realización de su autonomía y libertad. Educar conlleva la búsqueda y descubrimiento de la Verdad que exige el saber, el saber hacer y el saber ser. La educación como formación ha de favorecer el desarrollo de los valores humano-cristianos que orientan a las personas para ser agentes de transformación de su medio y anunciadores de la Buena Nueva. Educar significa acompañar a las personas para que construyan en sociedad la historia; promover un sistema de relaciones que realiza a las personas desde la vivencia de la gratuidad, la participación, la solidaridad y la comunión. La educación capacita a las personas para el trabajo como medio de realización personal que mejora la calidad de la vida y operacionaliza el bien común.